Las ciudades y sus políticas urbanas de crecimiento, la gobernanza inclusiva y el esfuerzo que se realice por conseguir mayor equidad, serán claves en las próximas dos décadas. Será, ni más ni menos, lo que determine cómo viviremos en el planeta Tierra. El nuevo reporte científico sobre la crisis climática es un “atlas del sufrimiento”, graficó el Secretario General de la ONU, António Guterres.

Leer más

La crisis climática está aquí. Mientras la Argentina intenta dejar atrás la pandemia, las amenazas de olas de calor tempranas, de inundaciones, bajas en los rindes de los commodities del agro y de migraciones por los efectos del cambio climático global están al acecho.

Por Laura Rocha – Publicada en noviembre 2021

La cumbre de cambio climático (COP26), que se celebró en Glasgow, Escocia no avanzó, según la expectativa, pero empezó a trazar algunos caminos interesantes respecto del rol de las políticas y acciones locales a la hora de combatir el problema más grave y más urgente que sufre el planeta Tierra.

“Sabemos lo que hay que hacer. Mantener a nuestro alcance el objetivo de 1,5º significa reducir las emisiones a nivel mundial en un 45% para 2030. Pero con el actual paquete de contribuciones determinadas a nivel nacional, incluso aunque se apliquen en su totalidad, las emisiones seguirán aumentando en 2030”, recordó António Guterres, secretario General de las Naciones Unidas, a los participantes en un acto de alto nivel en la sesión plenaria. Casi al finalizar la cumbre, hubo un paso positivo, once países presentaron en la COP26 la “Alianza más allá del petróleo y el gas”; (BOGA).

Irlanda, Francia, Dinamarca y Costa Rica, entre otros, y algunos gobiernos subnacionales, lanzaron una alianza inédita para fijar una fecha de finalización de la exploración y extracción nacional de petróleo y gas. Hasta ahora sólo se habían hecho anuncios similares sobre el carbón.

Pero un detalle interesante de la conformación de esta alianza es que un estado como California, también forma parte del grupo. California agrupa a muchas ciudades y es el estado más rico de los Estados Unidos, además de ser uno de los que tiene buena cantidad de explotaciones de combustibles fósiles. Sin embargo, también lidera las acciones de transición energética para sus edificaciones y su población.

Mientras tanto, otras muchas ciudades del mundo, 1049 para ser exactos, presentaron al inicio de la conferencia su compromiso para llegar a ser ciudades con cero emisiones en 2050 y reducir a la mitad sus emisiones en 2030. Entre estas ciudades estuvieron Buenos Aires, Rosario y Misiones.

“De los casi 30 años de reuniones de la Conferencia sobre el Clima, es la primera en la que los gobiernos locales y de las ciudades acudieron bajo una misma voz y predicando con el ejemplo. Es la primera vez que pudimos mostrar el compromiso de 1049 ciudades que ya tienen medidas de actuación e inversión en la lucha contra el cambio climático. Nos reunimos para mostrar ese compromiso y para pedir a los gobiernos nacionales y a las empresas privadas que pongan de su parte, que alineen sus incentivos y sus inversiones con los planes de acción climática y con las demandas de nuestros ciudadanos para un cambio real“, declaró a Noticias ONU Claudia López, alcaldesa de Bogotá (Colombia) y también copresidenta del grupo de ciudades C40, que redactó el compromiso.

El último tema de las jornadas temáticas de la COP26 era precisamente “Las ciudades, regiones y los entornos construidos”, que destaca que con el 68% de la población mundial viviendo en las ciudades para 2050, es vital construir un futuro sostenible y resiliente.

“Los alcaldes son los que trabajan sobre el terreno, los más cercanos a la gente y necesitamos obtener resultados, no importa de qué afiliación política son; cuando las tormentas y los fenómenos meteorológicos extremos llegan, y ahora llegan con mayor frecuencia e intensidad, cuestan más“, dijo Sylvester Turner, alcalde de la ciudad de Houston, en Estados Unidos, explicando cómo el trabajo en las ciudades puede ser el motor de la acción nacional.

Para 2050, 1600 millones de personas que viven en las ciudades estarán expuestas regularmente a temperaturas extremadamente altas y más de 800 millones serán vulnerables a la subida del nivel del mar y a las inundaciones costeras, según las proyecciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Según ONU Hábitat, las ciudades consumen el 78% de la energía mundial y producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero representan menos del 2% de la superficie de la Tierra.

La directora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, participó en un panel de la COP26 para pedir construcciones más eficientes desde el punto de vista energético. “Construimos el equivalente a nuevos edificios del tamaño de París cada semana y si esa es la forma en la que se espera que nos expandamos, tenemos que pensar en cómo lo hacemos por el clima, la biodiversidad, la habitabilidad y la calidad de vida. Tenemos que construir mejor“, dijo.

Según Andersen, los edificios y las construcciones son responsables del 37% de las emisiones de CO2, y los materiales de construcción, como el cemento, representan el 10% de las emisiones mundiales.

También señaló que más de la mitad de los edificios que se levantarán en 2060 aún no se han construido. “No ponemos suficiente énfasis en la resiliencia, el típico edificio construido hoy seguirá en uso en 2070, y el impacto climático que tendrá que soportar la construcción será muy diferente. La renovación puede ofrecer tanto un alto nivel de eficiencia como de habitabilidad“, explicó.

Según la agencia de la ONU, sólo 19 países han añadido medidas relativas a la eficiencia energética de los edificios y los han puesto en marcha, y la mayor parte de las construcciones futuras se producirán en países sin estas medidas.

“Por cada dólar invertido en edificios energéticamente eficientes, vemos que 37 se destinan a edificios convencionales, que son energéticamente ineficientes. Tenemos que dejar de lado estos cambios graduales porque son demasiado lentos, necesitamos una verdadera transformación del sector. Tenemos que construir mejor“, dijo, pidiendo a los gobiernos que fueran más ambiciosos en este sentido si quieren cumplir la promesa de las cero emisiones.

Crédito: FlickrCOP26

La carta de los alcaldes

La plataforma SmartCitiesWorld publicó, durante la conferencia, una carta abierta a los líderes políticos internacionales en la que se recogen 10 principios rectores principales que deberían reflejarse en el acuerdo al que se llegó a Glasgow. Y, más allá de que hayan sido incluidos o no, es interesante cómo las ciudades juegan un rol central.

Detrás de todo esto hay una máxima simple, pero apremiante: “Las naciones prometen, las ciudades cumplen”, indican en la plataforma.

Redactados con el apoyo de nuestro consejo asesor -formado por representantes de ciudades, ONG y organizaciones del sector público y privado con preocupaciones urgentes sobre el cambio climático-, los 10 principios destacan diferentes aspectos de la vida y el entorno urbanos que afectan directamente a los ciudadanos y a las autoridades de las ciudades:

  • Inclusión: Incluir a todos los ciudadanos en la toma de decisiones conduce a los mejores resultados. La participación, la transparencia, la responsabilidad y la apertura de los datos son las señas de identidad de una buena gobernanza urbana.
  • Diversidad: El fomento de la diversidad es un principio clave para promover la resiliencia y la sostenibilidad a escala de la ciudad.
  • Resiliencia: Las ciudades con una estrategia de resiliencia están mejor equipadas para proteger a sus ciudadanos y su entorno de los peores efectos del cambio climático.
  • Bienestar: Las estrategias de las ciudades medidas por los índices de bienestar ofrecen mejores resultados a largo plazo que las ciudades guiadas únicamente por la medida económica.
  • Espacios verdes: Las ciudades que crean y conservan espacios verdes para los árboles y la flora autóctonos crean una mayor resiliencia, bienestar y prosperidad a largo plazo para sus ciudadanos y la biosfera.
  • Apoyo a nivel nacional: Las ciudades que se comprometen a alcanzar objetivos de cero emisiones netas y una “transición justa” deben ser alentadas y apoyadas activamente por los programas de los gobiernos nacionales para ayudar a las naciones a alcanzar sus ambiciones.
  • Infraestructuras: Las mejores ciudades dan a los ciudadanos acceso a infraestructuras que proporcionan seguridad física, saneamiento limpio, eliminación de residuos, aire limpio, suministro de energía renovable y conectividad digital.
  • Pensamiento sistémico: Las naciones que dotan a sus líderes de un pensamiento sistémico, incluida la capacidad de aprovechar las sinergias del sistema y los principios de la economía circular, tienen más probabilidades de alcanzar sus desafiantes objetivos de reducción a cero.
  • Tecnología digital: Las ciudades que utilizan una tecnología digital segura para medir y gestionar la actividad en todos los sistemas de la ciudad son más capaces de lograr un cambio local eficaz que las que no disponen de datos.
  • Transporte saludable: Dar prioridad al transporte activo, al transporte público y al
    transporte privado es el camino a seguir.