Por Rosa Aboy* – Publicado el 11 de junio de 2018

El espacio público, durante siglos un territorio esencialmente masculino, ha sido escenario y marco productor de gigantescas transformaciones en sus usos y actores. No obstante, no puede hablarse aún de un espacio de equidad, donde los diversos colectivos y cuerpos pueden circular, consumir y gozar, en las mismas condiciones y posibilidades en términos de seguridad, bienestar o poder.

La Mesa Géneros y Espacio Público que sesionó el martes 29 de mayo en el marco de la Jornada Géneros y Ciudades, organizada por el Instituto i-ciudad y el CEM abordó estas cuestiones en el marco de un debate plural, donde se dieron cita referentes de los movimientos por la igualdad, legisladores porteños de diferente identidad política, referentes del mundo académico, de los medios y de los organismos nacionales e internacionales, quienes en un marco de pluralidad abordaron este tema desde diversos ángulos, enfoques y campos disciplinares.

Los participantes de la Mesa Géneros y Espacio Público comenzaron definiendo o caracterizando la noción de “espacio público” en relación con los temas de género. Para Maximiliano Ferraro (legislador de la Ciudad por Vamos Juntos y actual Presidente de la Comisión de Educación de la Legislatura), “el espacio público es el espacio democrático por excelencia, el lugar donde se construyen ciudadanías plenas”. Ferraro descree de la noción de “consenso” para pensar el espacio público, al cual ve como un lugar de intersecciones y de polifonías.

En un sentido similar, Rosa Aboy, coordinadora de la Mesa y Directora de Políticas Urbanas del i-ciudad, conceptualizó el espacio público “como el conjunto de los espacios verdes, recreativos, institucionales y medios de transporte de la Ciudad”. Para Aboy, el espacio público “es un escenario de conflictos, donde interactúan diversos actores, con distintos posicionamientos, en términos de agenda social y política, y de relaciones de poder”.

Para la periodista y activista de #NiUnaMenos, Agustina Paz Frontera, “la ocupación del espacio público de la Ciudad de Buenos Aires por parte de las mujeres permitió, en sólo tres años, la construcción de la ciudadanía política de ese colectivo”. Para Frontera, la irrupción del movimiento de mujeres en el espacio público permitió el pasaje de un discurso defensivo, frente a las diferentes formas de violencia machista, a la construcción de una voz política. Los medios habrían acompañado la articulación de ese nuevo discurso, pasando de una cobertura casi exclusivamente centrada en los femicidios, a la criminalización del movimiento de mujeres luego del 8 de marzo de 2017, donde se verificó una avanzada represiva sobre las manifestaciones públicas de #NiUnaMenos. Esa ciudadanía política de reciente construcción no se extiende aún a otros géneros.

La ocupación del espacio público de la Ciudad de Buenos Aires por parte de las mujeres permitió, en sólo tres años, la construcción de la ciudadanía política de ese colectivo”

En representación de la Corporación Andina de Fomento (CAF) organismo internacional con 19 países miembros, Angie Palacios dio cuenta de la necesidad y el compromiso de incorporar la mirada de género en todas las obras e iniciativas gubernamentales financiadas. En la Argentina, donde la CAF financia el Paseo del Bajo, en la Ciudad de Buenos Aires, la CAF aporta una mirada sobre la movilidad entendida como acceso equitativo, atendiendo a particularidades sociales, de género y de etnia. Esta mirada se orienta a lograr un cambio de paradigma en el modo en que las personas se desplazan en las ciudades. Palacios es responsable del Programa ‘’Ella se mueve segura”, que actualmente se está implementando en tres ciudades latinoamericanas: Buenos Aires, Quito y Santiago de Chile. Para la especialista, “los procesos sociales como #NiUnaMenos actúan como voz colectiva, empoderando a las mujeres para producir cambios, uno de los cuales sería la menor tolerancia a los abusos en el transporte público”.

Los procesos sociales como #NiUnaMenos actúan como voz colectiva, empoderando a las mujeres para producir cambios, uno de los cuales sería la menor tolerancia a los abusos en el transporte público”

La Coordinadora de la Unidad de Género de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU-UBA), la diseñadora gráfica Griselda Flesler, contó que “hace 3 años, la Universidad de Buenos Aires elaboró un Protocolo de Género para ser implementado por todas y cada una de sus unidades académicas (facultades, colegios universitarios, institutos). En el caso de la FADU, una de sus primeras iniciativas desde la coordinación fue generar un hecho político y cultural novedoso; la creación de baños públicos sin distinción de géneros. El objetivo fue el de producir una reflexión acerca de cómo se diseña el espacio público. El caso de los baños marcó una intervención política en un ámbito académico que estuvo orientada a generar un impacto en una población de arquitectos, diseñadores, urbanistas, profesores y estudiantes de esas disciplinas, con el objeto de repensar la funcionalidad de los espacios y las prácticas cotidianas de las personas en el espacio público”.

María Rachid, titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, Secretaria General de la Mesa Nacional por la Igualdad y de la Federación Argentina LGBT señaló que “para personas tradicionalmente estigmatizadas como enfermas, delincuentes y pecadoras, el uso del espacio público ha sido una de los mayores reclamos” y señaló importantes hitos y logros en ese sentido. Con la obtención de la Personería Jurídica para la CHA, que le había sido negada en 1ra y 2da instancia y que finalmente salió por decreto en 1991 y posteriormente, la consagración de derechos en la Constitución de la Ciudad en sus artículos 1º y 11º se creó un primer marco de respeto por las diferencias de género. Entre 2004 y 2005 se convocó a las instituciones para elaborar un Plan Nacional contra la Discriminación, que fue publicado como decreto por Néstor Kirchner y donde se dio cabida a todas las reivindicaciones de los colectivos LGTB. Posteriormente, en 2008 se creó el Primer Programa Nacional de Identidad Sexual y se sancionaron las leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género, generando un marco legal que está a la vanguardia de las sociedades occidentales.

El papel del Estado fue motivo de un contrapunto interesante. Maximiliano Ferraro destacó el protagonismo social en iniciativas pro equidad, dando como ejemplo el establecimiento de la Casa Trans, en la CABA, para la cual el Ejecutivo Porteño cedió un inmueble de propiedad pública y realizó un convenio con la Asociación Civil La Fulana, quien lleva adelante la gestión del inmueble y de actividades de visibilización, educación y asesoramiento para mujeres lesbianas, bisexuales y transgénero. Para Ferraro, este ejemplo de asociación público-privada es “un interesante camino a seguir, en pos de la inclusión de los colectivos no hegemónicos”.

Sin opacar esas iniciativas de colaboración, otras participantes enfatizaron el protagonismo y sobre todo, la responsabilidad del Estado a la hora de crear reglas de juego universalmente válidas. Al respecto María Rachid criticó lo que llamó la tercerización de la política y destacó el papel de los estados como garantes de la inclusión efectiva y real en el mercado de trabajo, y en todos los beneficios de la vida democrática, para los colectivos más vulnerables, como en el caso de las personas transgénero, cuyo promedio de vida en la región es de 35 años. Para Rachid, como para Griselda Flesler, son las instituciones estatales las que tienen mayor responsabilidad a la hora de borrar las fronteras entre géneros en el espacio público, dando como ejemplo el ámbito de la práctica de deportes en la escuela o la violencia institucional y laboral, aún presentes, hacia las mujeres y el colectivo LGTB. En tal sentido, la iniciativa del Paseo de la Diversidad en la Plaza Roberto Arlt, comentado por Rachid, es un caso pequeño y a la vez, potente. “La inclusión de asesoría legal y de un mercado de artesanías producidas por personas trans en un espacio público identificado mayoritariamente con los empleados del microcentro porteño, produce una visibilización como sujetos de derecho de los y las trans y también habilita su inclusión en un mercado laboral (el de la producción y venta de artesanías) diferente del trabajo sexual al que la sociedad suele marginar a las personas transgénero”.

Finalmente, la mesa concluyó con un consenso acerca de los importantes avances logrados en términos de un acceso más equitativo al derecho a la Ciudad respecto del pasado y también, en comparación con otras jurisdicciones del país y con otros países de la región. Hubo también consenso en que quedan aún muchas reivindicaciones insatisfechas para lograr un acceso y disfrute igualitario de todas las personas en el espacio público. Subsisten aún fronteras simbólicas para la expresión de los cuerpos, sus derechos y su posibilidad de gozar de la Ciudad según la identidad de las personas en relación con el género. Esas asignaturas aún pendientes invitan a no descansar en los logros obtenidos, a seguir cruzando miradas y habilitando voces diversas. La irrupción en el espacio público permite configurar escenarios donde se construyen nuevos sujetos políticos, ya no determinados por nociones anacrónicas como “el sexo” o “la raza”, construcciones simbólicas e históricas que afortunadamente, van quedando atrás.

Subsisten aún fronteras simbólicas para la expresión de los cuerpos, sus derechos y su posibilidad de gozar de la Ciudad según la identidad de las personas en relación con el género

Participantes:

  • Agustina Paz Frontera, Periodista LATFEM y redactora/ editora de elcohetealaluna. Militante #NiUnaMenos
  • Angie Palacios, Especialista en Género y Transporte de la CAF (Corporación Andina de Fomento)
  • Maximiliano Ferraro, Legislador de la Ciudad por la Coalición Cívica. Actualmente preside la Comisión de Educación
  • María Rachid, Titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo CABA, Secretaria General de la Mesa Nacional por la Igualdad y de la Federación Argentina LGBT.
  • Griselda Flesler, Diseñadora Gráfica y Coordinadora de la Unidad de Género de la FADU-UBA

*Moderador: Rosa Aboy, Dra. en Historia / Arquitecta; Profesora Titular FADU; Directora CEIHVAL – IEHU; Universidad de Buenos Aires, directora del área de Políticas Urbanas del i-ciudad.